El pasado 29 de enero tuvo lugar en la Biblioteca del instituto un recreo literario dedicado a la obra de Daniel Defoe, "Robinson Crusoe". Un clásico de la literatura que fue escrito por el mencionado autor inglés en el s. XVIII pero que no ha perdido vigencia y sigue siendo un libro de gran interés para los lectores de todas las edades. La presentación de la obra se centró en aspectos históricos que relacionan al personaje literario con la existencia de un pirata escocés que naufragó en las Islas de Juan Fernández (Chile) y sobrevivió superando todo tipo de dificultades durante cuatros años, hasta que fue recatado por otra embarcación pirata. El encuentro literario resultó muy interesante para el público asistente que pudo ver imágenes de mapas antiguos y fotografías que complementaban la explicación.
Sabéis que durante unos días se colocó un buzón en conserjería para que el que quisiera pudiera depositar en él frases o poemas sobre el amor. No fueron muchos los que se animaron, pero nos llegó una hermosa reflexión sobre esta fecha que merece ser publicada en este blog. La envió una profesora enamorada y espero que no le importe que la copie aquí. Esta es la carta:
EL DÍA DE LOS Y LAS VALIENTES
Os quiero contar qué significa para mí el día de los enamorados. Y voy a ser valiente pues me toca ir contracorriente. El 14 de febrero es el santo de todos los Valentines y Valentinas, y ya está. Todo lo demás, lo relacionado con el amor, para mí está de más. Me cuesta entender que hay un día, un solo día para el amor. Las parejas enamoradas debemos querernos siempre, todos los días del año. Está claro que puede que haya días en que estemos más cariñosos, más detallistas, más románticos que otros. Pero el AMOR, con mayúsculas, no entiende de fechas sino de miradas, de caricias, de palabras. Y es más, debe mostrarse cuando más lo necesitemos, no el día que las tiendas nos dicen que debe ser. Quería deciros que yo no me voy a poner nada rojo, ni voy a regalar nada, y espero que no me regales. A pesar de que soy una eterna enamorada de la vida, de la gente, de mi pareja y de todas aquellas personas que buscan algo más, que tienen un brillo especial en los ojos, que sonríen sin que nadie se lo pida. Y por último os animo a que, si es que tenéis muchas ganas de regalar, haced regalos que no os cuesten ni un céntimo. De esos regalos trabajados con vuestras manos, de los que se nota que habéis dedicado un tiempo, un esfuerzo mayor que el de ir a la tienda, elegir y pagar. Regalad poesía, palabras bonitas, de esas que alegran el alma, o un dibujo o un objeto importante para vosotros, o raptad a vuestro amado o amada y llevadlo a contemplar una puesta de sol, o tumbaos sobre la yerba y divertíos imaginando las formas de las nubes en el cielo, o componedle una canción… Esos son lo regalos que no se olvidan nunca, que no cogerán polvo olvidados en un rincón de la habitación sino que darán calor en los días de frío invierno. Gracias por crear este espacio de expresión…, una última propuesta: este buzón se puede mantener pues puede que nos apetezca comunicar nuestros pensamientos otros días del curso.
Os dejo este poema de Mario Benedetti, poeta uruguayo. Su título: Te quiero. Espero que os guste.
Tus manos son mi caricia mis acordes cotidianos te quiero porque tus manos trabajan por la justicia. si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice en todo y en la calle codo a codo somos mucho más que dos tus ojos son mi conjuro contra la mala jornada te quiero por tu mirada que mira y siembra futuro tu boca que es tuya y mía tu boca no se equivoca te quiero porque tu boca sabe gritar rebeldía si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho más que dos y por tu rostro sincero y tu paso vagabundo y tu llanto por el mundo porque sos pueblo te quiero y porque amor no es aureola ni cándida moraleja y porque somos pareja que sabe que no está sola te quiero en mi paraíso es decir que en mi país la gente viva feliz aunque no tenga permiso si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho más que dos. Mario Benedetti